domingo, 13 de diciembre de 2015

No va más..





Empiezo a olvidarte aún teniéndote enfrente...
no me duele el silencio, no me duele nada,
ni tan siquiera el tiempo que tengo la sensación de haber perdido.





Y lo que en principio temía, se me torna esperada despedida...
un descanso para llorar a solas, para retomar mi calma, 
no me duele el silencio, pero me cansa.

No me imaginé sin ti...
no me duele la soledad que me he regalado, 
me duele, la que me sorprendió sin estar tú a mi lado.

No me duele el silencio, no me duele nada, 
me duele todo, 
todo lo que no jugué y perdí...

No va más, no doy más...
retiro ficha, estoy cansada, 
queda cerrada la partida...

Trébol Mati

jueves, 26 de noviembre de 2015

Maldita intuición





Llegó el momento esperado y temido, ¡como me hubiese gustado equivocarme en mi intuición!
Aunque más que eso, era lógica... el roce hace el cariño, pero también desgasta, y sí, entonces es el momento de echar mano del libro mágico de instrucciones... pero no es el caso, a sabiendas de que nada volverá a ser lo mismo, pones tu voluntad en el intento, quizás esta vez sea diferente, y con toda tu ilusión propicias el encuentro, pero... ¡maldita intuición!




No te castigues... no hay culpables, ni tú, ni ella, ni él, es así de simple; no hay libro, ni garantía, ni contrato, ni letra pequeña, simplemente, el roce tiene un precio; nada volverá a ser lo mismo...
Una vez que la lavas... la funda del sofá no se ajusta al relleno... nunca más.


 Trébol Mati.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Mi sueño








Me sobraron motivos, 
Te convertí en mi razón.

Y te soñé de colores, feliz...
Todo lo demás, me sobró.

Mi alocada mariposa ...

Y son tus alas la tinta, 
Dibujando con tu vuelo...

Y yo me dejo tatuar,
Con mayúsculas,
Mi sueño...

Sin copy .Maty .

( Ni de broma ©Trébol Maty)

Con la maleta vacía





Allí está Sandra, esperándome en la puerta de embarque, arrastrando con las ganas vencidas una maleta vacía y sujetando con la otra mano un móvil sin directorio; cabizbaja y escondida tras unas enormes gafas oscuras, aun así, no logra ocultar que está llorando.



Por mi cabeza pasan las últimas veinticuatro horas... él en el suelo esposado, la policía requisando el ordenador; todo había terminado, la abrazan y la sacan en volandas, pues apenas si se tiene en pie.
Después de un año se ha derrumbado pero no puede permitirse llorar, la felicitan, el seguimiento, su trabajo como cebo ha sido un éxito: Charels Mixon, acusado de trata de blancas es detenido, destapándose la mayor red de Irlanda.
Ese es su trabajo, bajar a los infiernos y apagarlos saliendo ilesa; pero esta vez subió tan dañada como enferma, enamorada del mismo lucifer que tiñó su alma; ¿sería capaz de recuperarla?
Me gustaría contarle lo que aún no sabe y yo sí, pero mi papel en su infierno es seguirla donde me quiera llevar, limitándome a observar, viajar... viajar hasta dónde o hasta cuándo... y ella intentará borrar su historia, reinventar su destino, confieso no sentirme culpable y por el contrario... ¡disfrutarlo tanto!
Allí estaba Sandra esperándome, donde la dejé, página 164.

©Trébol Mati


Posiblemente






Imposible es intentar ponerle puertas al campo siendo la tierra una sola y redonda además, o intentar tapar el sol... la verdad no se puede negar; imposible contar las estrellas porque son deseos bailarines y su función, ¡debe continuar!



Lo es vivir sin deseo de nacer cada día, nacer de pie, vivir sin sentir, no sufrir alguna vez al renacer; imposible seguro, morir sin más...
Confesar lo que no hiciste, sentir lo que no te cala, dar lo que no se tiene, enseñar lo que no se sabe, tasar la libertad, comprar amor o hipotecar la paz, también lo son...
Despedirse de un amigo para siempre, una carta de amor sin un te quiero, llorar sin motivo, compartir en soledad...
Si tu imposible no figura en esta lista, es que no es tal, y lo que toca, es plantar: plantar decisión, cultivo ecológico cuatro estaciones apto para todo y todos.
Me quedo pensando... me falta uno: me es imposible pasar un solo día sin reír o llorar, aunque ese es un imposible aparte, una adicción de la que no quiero curarme; adicta y armada, sí, tampoco lo voy a negar, estoy armada, armada con regadera en mano dispuesta a regar, regar sin tregua mis pequeños posibles, y en la otra mano, la brocha, porque a veces... llueve fuerte; pero siempre para, siempre seca y se puede reparar.
Esa es mi parcela: temporal, pequeña, pintada verde, rosa y blanco siempre... sembrada de posibles que espero pacientemente y disfruto ver germinar.
Sabía que me faltaba uno, para mí... pisar tierra árida; por eso, por seguridad, para cualquier emergencia, tengo una regadera de más.
¿Un posible? El método está inventado: regar al plantar, plantar para recoger, ¿agricultura? ¿posible actitud? Como consumidora, ¡lo recomiendo!


©Trébol Mati

lunes, 2 de noviembre de 2015

Algo les toca...





Sin saber muy bien de qué se trataba, me encontré participando en lo que se convertiría en la mayor aventura de mi vida; la ingeniería genética se puso en marcha , nueve meses exactos; el resultado de mi experimento me miraba con sus grandes ojos abiertos, lloraba gracias a ella, por primera vez; ese día, descubrí la auténtica gravedad, la mía, la que pinta mis sueños; pasarían unos años y volvió a pintar... me trajo mi segundo gran descubrimiento, había logrado la clonación, las lágrimas lo demostraban, tenían el mismo sabor de la primera vez.





Disfrutando mis sueños e intentando ordenar mis investigaciones, me gustaría convertirlas en mi pequeño legado, lo poco que voy aprendiendo, es lo mejor que tengo; y que ellas continuasen con sus cadenas trenzadas para siempre.

Consejos, ni grandes ni pequeños, nada es verdad ni mentira... pero demostrado queda, la ciencia avanza una barbaridad y les ayudará a encontrar su cristal; la gravedad existe y cuando la encuentren, pintará sus sueños..

Si insisten, un consejo, estudiar, que estudien la clonación, hay muy poco tiempo y mucho por amar, que estudien estructurar su ADN con compromiso hacia ellas mismas, verdad, respeto, empatía; que con cordura estudien su locura, para bailar sus vidas, que las bailen descalzas, que les echen sal, que cada una encuentre su propia gravedad...

La ciencia avanza una barbaridad... algún día le pondrá nombre a ese gen que porta los sentimientos, porque el ADN, es algo más; mis cadenetas bailan demostrándomelo y yo confío, confío en ellas, y confío que mis cromosomas, en algo, les puedan ayudar.

Me han dado tanto que sería egoísta pedirles más, tan solo una promesa, quiero que me prometan que no llorarán juntas, nunca, y que cuando una lo haga, la otra le sonreirá. Con eso seré la mujer con la gravedad ¡más feliz del mundo!

Y será su propia aventura la que les haga bailar, pero yo confío en que mis cromosomas, alguna que otra vez... les sigan el ritmo, además cuento con que... a quien nueve meses estuvo en la barriga de una loca... algo le toca

©Trébol Mati

Mario en Viernes






Mario en viernes...
La jefa de Olga se lo facilitó cuando le asignó doble turno los viernes, él aprovecha, no puede controlarse, ¿o sí?
Viven en el centro, un bloque de ocho plantas; los vecinos son ajenos, pero más vale prevenir; se desplaza a un barrio periférico: busca, escoge, paga. Es tan fácil pecar, rutina que disfruta: preliminares, morbo de lo prohibido, engaño...




En el cajón más alto esconde una piedra de molar y su cuchillo, afilado; este viernes, los nervios le traicionan, su pieza es mayor de lo habitual, al cogerla resbala y cae sobre la encimera, por segunda vez la atrapa, le excita su color rosado, su olor, todo se acelera... la sangre brilla tanto...
Placer consumido, pecado cometido; en el sofá tumba su culpa, duerme su remordimiento. Suena el móvil, Olga en camino... reacciona de un salto, la cocina: lejía, desinfectante, suelos, el cuchillo, ese olor... ambientador y más ambientador; Charly aletea inquieto en su jaula, olor persistente... ¡la basura! Debe bajarla al maletero; sale dejando abiertas las ventanas, el ascensor ocupado, bajará los ocho pisos...
Charly canta, alguien llega… Es Olga: suelta las llaves y el bolso descalzándose en la entrada; recoge algo del suelo, “otra vez”, pensó; va directa a las ventanas, cerrándolas después de haber arrojado ese algo.
Charly canta de nuevo... Es Mario, entra encendido, desencajado, de frente Olga, las ventanas cerradas, ¿se olvidó de abrirlas?
Olga le mira, sonríe, en el fondo le divierte la escena, se acerca y le besa...
- ¿Saliste a correr? Tendrás hambre; suerte que he traído algo especial: lasagna de espinacas y hamburguesas de copos de avena, tus favoritas.
Mario no le dirá que acaba de comer, miente; él no es vegano como ella, pero lo seguirá fingiendo seis días por semana, la quiere.
Olga no le dirá que los tickets le delatan (carnicería Tomil, Ternera de Ávila...), le quiere, y además a la cocina le viene fenomenal una limpieza a fondo...
Charly no lo cantará a pesar de saber más que nadie, es adicto al ambientador.
Tres cómplices, un mismo crimen, crimen light por un amor vegano, víctima: la sinceridad.



©Trébol Mati
(Todos los derechos muy bien guardados)